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2 noviembre, 2017

Cuidado con tu dieta baja en carbohidratos

2 noviembre, 2017 | By | No Comments

Las dietas bajas en carbohidratos son una tendencia muy popular hoy en día. La desesperación por perder esos kilitos de más nos lleva muchas veces a extremos y como la mayoría de personas no queremos tener paciencia, iniciamos planes de alimentación muy estrictos aunque poco duraderos con el fin de ver cumplido nuestro objetivo sin importar si estamos aprendiendo a comer o no, o si estamos aportando a nuestro cuerpo todos los nutrientes que necesita.

Voy a iniciar definiendo qué son los carbohidratos: los carbohidratos son uno de los principales componentes de la alimentación. Esta categoría de alimentos incluye azúcares, almidones y fibra. Aportan 4 calorías por gramo al igual que las proteínas. La principal función de los carbohidratos es suministrarle energía al cuerpo, especialmente al cerebro y al sistema nervioso. Una enzima llamada amilasa ayuda a descomponer los carbohidratos en glucosa la cual es el azúcar que entra en la sangre y se usa como fuente de energía por parte del cuerpo.

Entonces si son nuestra principal fuente de energía ¿por qué queremos quitarlos de nuestra alimentación? Lo que sucede con este grupo, es que al estar presente en casi todos los alimentos, su consumo se ha excedido y sobre todo el tipo de carbohidrato que las personas están consumiendo NO es el adecuado. Lo ideal sería que se consuman carbohidratos complejos como las leguminosas, harinas integrales y verduras que contengan almidón y eviten los carbohidratos simples como golosinas, harinas blancas refinadas y productos de repostería.

En un plan de alimentación balanceado los carbohidratos deben proveer del 40 al 60% de las calorías totales. Pero estas fuentes deben ser frutas frescas, carbohidratos integrales y verduras.

Las dietas sin carbohidratos restringen al mínimo su consumo o los eliminan por completo de la dieta. Usualmente conforman solo el 20% de las calorías que la persona consume, el restante proviene del grupo de grasas y proteínas. Estas dietas son muy utilizadas para el tratamiento de sobrepeso y obesidad así como otras condiciones médicas.

Hasta cierto punto, las dietas bajas en carbohidratos funcionan debido a la manera en que el cuerpo regula el equilibrio de los carbohidratos. En otras palabras, a medida que se incrementa nuestro consumo de carbohidratos, nuestro cuerpo se vuelve cada vez más dependiente al carbohidrato como combustible principal del cuerpo.

Por otra parte, si desciende nuestro consumo de carbohidratos, también lo hace el del cuerpo. Nuestro cuerpo intenta conservar el glucógeno que es el nombre que recibe el azúcar almacenado en nuestros músculos mediante el uso de otras fuentes alternativas de combustible como las grasas y las proteínas.

Cuando nuestro consumo de carbohidratos desciende drásticamente, la fuente de energía para nuestro cuerpo va a provenir de otros compuestos como son los aminoácidos. Estos aminoácidos son la unidad que conforman las proteínas y se convierten en glucosa para ayudar a la producción de energía.

Durante un período breve esto no se considera malo, y puede incluso llegar a ser beneficioso para aumentar la pérdida de grasa corporal. Sin embargo, cuando se prolonga más de 4 a 7 días, el cuerpo produce una respuesta de “hambre”.

La respuesta se llama cetosis porque los subproductos formados cuando las grasas o los aminoácidos se convierten en glucosa se conocen como cetonas.

La cetosis es negativa por tres razones importantes. Primero, la conversión de aminoácidos en glucosa no es eficiente o rápida así que nuestro rendimiento y el desarrollo muscular irán disminuyendo. Segundo, la reducción significativa de carbohidratos incrementará la cantidad de grasa en nuestra dieta, produciendo un aumento mayor de grasa corporal que cuando consumíamos una dieta abundante en carbohidratos y baja en grasa. Tercero, muchos investigadores especulan que la acidez derivada del exceso de cuerpos cetónicos tiene el potencial para convertirse en muy peligrosa y producir estrés excesivo a los riñones.

Sumado a esto, es muy probable que una persona NO logre apegarse 100% a un plan bajo en carbohidratos y empiezan a introducirlos sin una guía dentro de su alimentación lo que ocasiona muchos rebotes con el peso e incluso en la mayoría de los casos ganar más peso del que se tenía en un inicio. Estudios demuestran también que los alimentos que se restringen en un 100% de su dieta pueden causar más ansiedad y la persona puede consumirlos sin control una vez que se los permite.

La Asociación Americana de Dietistas publicó recientemente en su revista un estudio en el que se observó que tienen más probabilidad de tener sobrepeso u obesidad una persona que ha realizado dietas bajas en carbohidratos a aquella que los incorpora en su dieta de habitual y ordenada.

Mi recomendación es que si desean iniciar un plan de este estilo consulte con una nutricionista primero, asesórese y evite así estar en un constante sube y baja con su peso. Este efecto yo-yo es muy frustrante y ocasiona trastornos en el metabolismo de las personas así como daños para su salud.

Asegúrese además si desea iniciar con un plan de alimentación bajo en carbohidratos de ser capaz de mantenerlo de por vida ya que el volver a sus antiguos hábitos puede causar un incremento aún mayor en su peso.

Fuente: elfinancierocr.com

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